Andar por los diferentes barrios de Berlín brinda sin duda al turista o al habitante una idea de los acontecimientos históricos que han transitado por estas calles. Las placas de oro en el piso recordando a las víctimas del holocausto o las marcas del muro en las calles son como heridas que no terminan de sanar; pero que hacen parte de la memoria colectiva de un pueblo y de la humanidad. Y para quien quiera ahondar en el tema, el Museo de Historia (Deutsches Historisches Museum) es el lugar perfecto porque cuenta la historia de Alemania desde la edad media hasta la caída del muro a través de objetos cotidianos, obras de arte, instrumentos de guerra, etc.
El Museo de Historia no sólo se ocupa de mirar al pasado, sino que también en los últimos años ha hecho un esfuerzo en abordar la actualidad. El “Laboratorio de la democracia” es un ejemplo de ello. En esta exposición que ofrece este museo desde abril hasta el 4 de agosto, el espectador es testigo de la construcción de la democracia en la Alemania contemporánea. Este tema, es en estos tiempos de incertidumbre debido al renacimiento de movimientos populistas de extrema derecha y de crisis de las democracias tanto en Europa como en el mundo, más actual que nunca. A través de objetos simbólicos como la camiseta del ex-jugador de la selección alemana Mesut Özil, las diferentes estaciones de esta exposición nos llevan a una reflexión crítica del significado de la democracia, más allá de los partidos políticos y del parlamento. El rol de los medios de comunicación, de los movimientos sociales, la identidad y los derechos de los migrantes son algunos de las cuestiones que abarca. Por medio de diferentes formas, el visitante se convierte en participante activo del recorrido. Una de las expresiones políticas más importantes en Alemania que está presente en este recorrido son las principales protestas de los últimos años. Ejemplos como Pegida (movimiento de extrema derecha contra la inmigración) o como las protestas del 2018 contra la destruccción del bosque de Hambach son importantes expresiones de la participación ciudadana. Una gran parte de los ciudadanos, muchas veces desilucionados por los políticos, hacen sentir su voz y sus ideas gracias a este medio. Viendo estas fotos no se puede dejar de pensar en América Latina y en sus movimientos sociales actuales, los cuáles en muchos países están amenazados o hasta corren el riesgo de perder sus vidas.
Sin embargo, esta exposición no pretende idealizar el funcionamiento de la democracia en Alemania. Frente a la camiseta del futbolista Mesut Özil, quien siempre fue cuestionado por no cantar el himno nacional alemán, una pantalla de televisión con jugadores de la selección alemana en los años 70 antes de un partido y ninguno de ellos canta el himno. Imágenes, música e historias sobre migrantes llevan a cuestionarse sobre temas como la identidad y la participación, o los derechos políticos de las ciudadanos de „orígenes migrante“. Al abandonar la sala uno se queda con más preguntas que respuestas, pero con la sensación de entender más la cultura alemana y el significado de la democracia de este país.
El museo ofrece visitidas guiadas y talleres para familias.
Más informaciones:
https://www.dhm.de/ausstellungen/demokratie-2019/demokratie-labor.html