Hoy, 14 de noviembre, es el día de luto en Alemania, el “Volkstrauertag”, en el que se conmemora a los miembros de las fuerzas armadas de todas las naciones y a los civiles que murieron asesinados por gobiernos opresivos, incluyendo a las víctimas de la opresión violenta. Se celebró por primera vez en su forma moderna en 1952.
A finales del SXIX el Imperio Prusiano ya contaba con días de conmemoración a los caídos en combate. Los Nazis crearon el día de Conmemoración de los Héroes, “Heldengedenktag”, que fue un instrumento de propaganda fascista con lineamientos claros implementados por Joseph Goebbels.
Finalmente, después de la Segunda Guerra mundial, Alemania Federal introdujo el actual “Volkstrauertag” en 1948 haciéndolo extensivo no solo a los combatientes caídos en las guerras sino también a los civiles asesinados por gobiernos opresivos.
El régimen comunista en Alemania tenía órdenes explícitas de “disparar a matar” a todo aquel que intentara escapar del este. El Gedenkstätte Berliner Mauer ofrece una lista extensiva de 140 víctimas asesinadas por el régimen de la DDR que intentaron escapar.
Le sacaron el cine, los amigos y la vida
Dorit Schmiel tenía apenas veinte años cuando fue asesinada por soldados de la DDR apostados en el muro. Hija de un soldado nazi, Dorle acababa de mudarse al barrio de Pankow con su prometido en 1962. Ante el aumento de las restricciones de movimiento del Este al Oeste de la ciudad, Schmiel buscó seguir los pasos de su primo quien había logrado sortear el vallado con éxito y escapar hacia el Oeste.
La noche del 19 de febrero de 1962, Schmiel y otros cinco amigos desafiaron el alambrado de púas en la frontera de Pankow con Reinickendorf. Luego de cortar la primera valla, se tiraron al piso y comenzaron a arrastrarse sobre la nieve. Casi habían llegado a las dos últimas filas de vallas cuando fueron avistados por tres guardias fronterizos que abrieron fuego de inmediato contra los jóvenes.
Dorit Schmiel recibió una bala en el estómago que la detuvo en el lugar con dolor agonizante. Eberhard B., un joven de dieciséis años que estaba con ella, quien también había recibido una bala en el hombro, cuenta que los soldados arrastraron a Schmiel como si “fuera un pedazo de carne” contra una pared mientras esperaban la llegada de una ambulancia. Sin recibir atención médica en ese tiempo, Eberhard recuerda los gritos de Schmiel a los soldados “¿Tengo que morir? ¿Tengo que morir?”.
La ambulancia llegó treinta minutos más tarde y Schmiel fue pronunciada muerta en el hospital.
Un himno para conmemorar
Tradicionalmente, el Volkstrauertrag se conmemora en el edificio del Bundestag donde el Presidente y Canciller de Alemania dan un discurso. La canción “Ich hatt’ einen Kamaraden”, (Tenía un camarada”).
El texto fue escrito por el poeta alemán Ludwig Uhland en 1809. Su inspiración inmediata fue el despliegue de las tropas de Badener contra la Rebelión del Tirol. En 1825, el compositor Friedrich Silcher le puso música, basándose en la melodía de una canción popular suiza.