Se cansó de esperar su llamado y salió rápidamente a ahogar sus penas en el shopping. El local de Zara desbordaba de turistas que se lanzaban a las prendas como si fuese la última vez. Ella paseó su metro ochenta por entre las chaquetas, toqueteaba las panas tratando de olvidar. Eligió dos remeras que supuso le quedarían bien. Haciendo fuerza para que la lágrima no cayera justo sobre el cupón de la tarjeta de crédito, le sonrió a la cajera. Y en un momento de claridad mental, mientras chequeaba el celular que misteriosamente se había quedado sin señal pensó Y bueno, te lo perdiste flaco. La imagen reflejada por el sol en el vidrio de la puerta de salida le devolvió algo de orgullo. Sonaba la canción de Gilda en un parlante chiquito del señor que vendía adaptadores “…fuiste mi vida, fuiste mi pasión, fuiste mi sueño, mi mejor canción, todo eso fuiste, pero perdiste…”. Caminó por Florida hacia Córdoba cantando bajito, con ese pudor que la acompaña desde niña. Con dirección a la estación de tren, sintiendo realmente que esa historia se había terminado y ella no había perdido nada, giró en la esquina y lo encontró. De frente. Se le vino todo abajo, tuvo que contener esas lágrimas molestas otra vez. -Hola mi amor, que hermosa estas…-Pero perdiste, perdiste-, subió el tono y lo miró a los ojos, perdiste mi amor.
Dana Babic
Dana Babic nació al sur del Conurbano bonaerense, un día de verano del 72. Entre sus aficiones se encuentran la lectura, el mate y el tejido –el orden puede variar–. Es una ferviente arengadora de la cultura en general y de la literatura en particular. Trabajó durante años en una Agencia Literaria de Argentina, en trato directo con autores nacionales e internacionales. Hoy en día, forma parte del equipo de Revista Qu (literatura y artes plásticas en papel y en digital), donde se encarga de difundir acciones y crear lazos con la comunidad online. También participó de talleres de lectura y se inició en la carrera de Filosofía. Escribe relatos, poesías y reseñas que comparte en su blog “Los apuntes de Dana”.