A finales del año pasado comenzó a funcionar el semáforo político en Alemania. La coalición de Gobierno entre el SPD, el FDP y el Grün Partei ha creado una hoja de ruta en la que la política de control de drogas, en especial las regulaciones concernientes al cannabis de uso recreacional, ocupa un lugar importante en la agenda legislativa. En la página 68 del acuerdo de coalición (Koalitionsvertrag 2021-2025) se hace explícita la posición de los socialdemócratas, los verdes y los liberales respecto a la distribución controlada de cannabis para adultos. En primera instancia plantean la distribución controlada del cannabis recreacional en algunas tiendas autorizadas. Esto con el objetivo de ejercer control en la calidad del producto para evitar adulteración, proteger a los menores de edad y políticas basadas en el enfoque de salud pública, para abordar el consumo con medidas de reducción de daños. Estas propuestas son denominadas en el acuerdo de coalición como el modelo de drugchecking.
A lo largo de este año los verdes y los liberales han mostrado su disposición para debatir la legalización del cannabis de uso recreativo. En el mes de junio el ministro de salud, Karl Lauterbach (SPD), afirmó que el deseo del Gobierno actual es tener un proyecto de ley listo para finales del 2022. Lauterbach aseguró que para tener una legalización exitosa primero el proyecto de ley debe de resolver temas como la protección a los menores, los procedimientos de legalización, el recaudo de la venta comercial, las reformas al código penal y el cuidado de la salud. Dirk Heitepriem, el vicepresidente de la Asociación de la Industria del Cannabis en Alemania (BvCW), reportó que durante el mes de agosto se realizó una audiencia en la que en compañía de expertos en el tema y el ministerio de salud hablaron de cómo debería ser redactado el proyecto de ley para que cumpla con todas las exigencias legales y de protección a la salud.
Oro verde: recaudos fiscales y ahorro estatal
Uno de los puntos más importantes sobre la mesa es el tema vinculado a la recaudación de impuestos derivada de un consumo recreacional legal y de la reducción de gastos en los procesos judiciales y en los cuerpos policiales que hasta el momento se encargan de la persecución del consumo no legal. La Universidad de Heinrich-Heine de Düsseldorf reveló en un estudio que la legalización del cannabis recreativo se traduce en un ingreso de casi 5 mil millones de euros anuales para el Estado alemán. El estudio dirigido por el Prof. Dr. Justus Haucap integrante del Düsseldorf Istitute for Competition Economics (DICE) también concluye que podrían crearse cerca de unos 27.000 empleos como resultado de la legalización del cannabis para uso adulto.
Muchas campanas, pero ¿por dónde vamos en el camino?
En este momento, el semáforo se encuentra en dorado otoñal. El compromiso del Gobierno ha sido que durante los meses de otoño se discutieran los principales asuntos del drugchecking con el objetivo de que éstos sean el insumo para redactar el proyecto de ley. Uno de los asuntos discutidos más recientemente (06.10.2022) en el Bundestag hace referencia al consumo de cannabis en el tráfico de carretera. Dado que, si el consumo adulto deja de ser penalizado, también lo sería su consumo mientras se está conduciendo. Esto supone una modificación del derecho penal y de las infracciones administrativas, además de la evidente evaluación del riesgo de consumir cannabis al conducir y sus efectos en la seguridad del tráfico. Estas son preguntas que se hace el congreso para evaluar qué podría suceder. Es como con el alcohol, no es permitido tomar mientras se conduce, pero sucede. Entonces están pensando cómo lidiar con esa situación.
El delegado del Gobierno alemán para los temas de política de drogas, Burkhard Blienert, (SPD) ha declarado que después de que el proyecto de ley llegue al parlamento y supere las consultas parlamentarias, lo más probable es que el debate sea retomado el próximo año.
Otro escollo a superar son las convenciones internacionales de control de drogas y las normativas supranacionales europeas pues algunos de los artículos de estas normas regionales e internacionales podrían entrar en conflicto con las decisiones domésticas. En el caso de que el proyecto de ley fuese aprobado aún debe contar con un mínimo de dos años para tener la cantidad de plantas de cannabis suficientes para cubrir la demanda local y además esperar a que pasen los cuatro años de prueba bajo los que se encontraría en evaluación la aplicación de la legalización del cannabis de uso recreacional.
Los principales puntos a ser considerados han sido presentados por Lauterbach en una conferencia oficial el pasado veintiséis de octubre. El ministro ha afirmado que la política de control de drogas debe ser reevaluada debido a que en los últimos años las actuales normativas no han mostrado ningún éxito. Tres de los puntos más importantes dados a conocer hacen referencia a:
- Cambiar la clasificación legal del cannabis, (este dejaría de ser considerado como un estupefaciente).
- La regulación de la venta exclusiva en tiendas autorizadas (probablemente también en algunas farmacias), será exclusiva para los mayores de edad.
- Que el porte y adquisición máxima sea de 30 gramos por persona.
De regularizar estos puntos, las personas que adquieran o consuman cannabis de uso recreativo quedarían exentas de cualquier castigo. También se ha puesto en consideración permitirse los cultivos privados de uso limitado. Estos puntos centrales deberán de pasar la revisión de la Comisión Europea en Bruselas, destinada a corroborar que la propuesta alemana de la legalización del cannabis de uso recreacional no contravenga las leyes europeas ni con las normativas internacionales. Solo después de pasar la prueba de revisión de la Comisión Europea en Bruselas el proyecto podrá continuar su trámite en el parlamento alemán.
América Latina también en el camino de la legalización
En la región latinoamericana Uruguay y México son los únicos países en los que el consumo recreacional del cannabis es legal y países como Colombia, Chile, Argentina o Brasil han legalizado el uso medicinal pero no el recreativo.
A finales del 2020, la ONU tomó la decisión de retirar al cannabis de la Lista IV de control de drogas. La Comisión de Estupefacientes, respaldada por informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoce que el cannabis tiene propiedades medicinales y terapéuticas y por lo tanto no puede seguir siendo regulada como si fuera una droga de extremo peligro.