El sábado 14.09 tuvo lugar la segunda manifestación del Pride Parade en Szczecin, Polonia, donde alrededor de 6.000 personas reclamaron por los derechos de la comunidad LGBTIQ+. 150 de ellas fueron berlineses que viajaron en grupo para apoyar la movilización.
“Es fácil ser queer en Berlin y a veces nos olvidamos de las luchas que eso implica en otros lugares”, escriben los organizadores de la manifestación del Pride Parade de Szczecin, Polonia, que se celebró por segunda vez el pasado sábado 14.09. La primera manifestación tuvo lugar en 2018 y convocó alrededor de 100 personas, que fueron agredidas con comida y objetos durante la movilización.
“somos personas normales”
La convocatoria para ir desde Berlín a apoyar el reclamo fue organizada por el colectivo Voices4Berlin. El viaje en tren dura dos horas y durante el trayecto circulan panfletos con medidas de seguridad para mantenernse a salvo y para no responder de manera violenta a agresiones violentas.
En Szczecin espera un grupo de policías para acompañar al grupo hasta el lugar de encuentro: es por seguridad de los manifestantes, ya que el año pasado hubo algunos disturbios y este año hay amenazas.
Una manifestante de 18 años que vive allí comenta que en Polonia hay cada vez más agresiones hacia la comunidad LGBTIQ+, como stickers nombrando “zonas libres de LGBTIQ+” o un llamado a limpiar la sociedad –razón por la cual las agresiones del año anterior, además de arrojar comida y latas, incluyeron escobas simbólicas. Otro adolescente que participa de la manifestación comenta que él ve dos caras muy distintas de Polonia, un lado A y un lado B: una parte más moderna donde se acepta y promueve la diversidad, y otra muy tradicional donde prevalece un gran miedo al cambio.
“solamente queremos poder ser nosotros mismos”
Con puntualidad europea empieza a las 14hs la marcha desde Plac Żołnierza Polskiego, en el medio de la ciudad, con unos 6.000 asistentes. A pesar de que hay también camiones con música techno, la energía que se siente al caminar no es puramente festiva a lo Berlín. Los manifestantes conversan animados y agitan sus banderas multicolores, pero se percibe en el aire que se está reclamando por algo que no está dado. Las filas de efectivos policiales a cada lado (alrededor de 2.000) sumado a los pequeños pero existentes grupos con banderas discriminatorias (un LGBTIQ+ tachado y acusaciones de pedofilia, entre otros) recuerdan que esto no es solamente una celebración de la diversidad sino un pedido concreto de derechos y de políticas anti-discriminatorias.
Una voluntaria de la organización del Parade explica que está ahí porque es importante recordarle a la gente que “somos personas normales”. Aunque encuentra Szczecin como uno de los lugares más abiertos de Polonia, cree que hay muchos grupos que quieren poner a la gente LGBTIQ+ como el enemigo causante de todos los males para esconder sus propios problemas y errores: cambio climático, bullying a los chicos en las escuelas, todo es culpa de la gente queer. “Somos una ideología para ellos, no personas”, dice.
Luego de casi dos horas la caminata termina en Plac Mickiewicza, un parque donde hablan referentes del movimiento acerca de la importancia de la libertad y alguien toca en un piano el clásico Imagine de John Lennon. Todos aplauden mientras la activista y referente del movimiento LGBTIQ+ Moniky Tichy, tras denunciar las agresiones por parte de la Iglesia Católica y el partido PiS (los llamados a limpiar a la sociedad), concluye su discurso: “solamente queremos poder ser nosotros mismos”.
La música y los infinitos corazones y banderas multicolores son el paisaje en todas direcciones. Durante la tarde un manifestante fue llevado a un costado por la policía por llevar una bandera de Polonia intervenida con la multicolor. Exceptuando ese episodio, no hubo ningún disturbio ni acto de violencia. Una pareja heterosexual de unos setenta años que acompañó la marcha fue consultada por Lado|B|erlin; no hablan inglés pero sí un poco de alemán y con pocas palabras logran transmitir su idea: están allí apoyando la marcha porque creen en la libertad. La libertad para todos, y eso es importante, dicen: no solamente pan sino también libertad. Varias veces repiten la palabra FREIHEIT mientras se despiden.