Javier Tolentino es el director de “El séptimo vicio” programa de cine diario de Radio 3 (RNE, Radio Nacional de España). Critico conocido por sus análisis y visión del mundo cinematográfico, intimista y personalísima. Autor nada convencional e imprevisible. Respetuoso y lúcido. Lo emocional se palpa en sus palabras transmitidas oralmente y si me empeño aún más, en sus escritos. Estos siempre libres y muchas veces oníricos. La realidad en las películas que defiende e impulsa esta tocada por la reivindicación de la justicia y de lo bello.
Este profesional de la radio, lleva 30 años dedicándose al periodismo cinematográfico, especializado además en el cine pequeño que resulta ser un cine grandísimo, cine periférico y cine internacional de geografías lejanas y anteriormente silenciadas. Tiene en su haber varios libros publicados entre los que podríamos destacar, “El cine que me importa”, es un ensayo intenso y cinéfilo, sus páginas son portadoras de una eticidad en clave humanista, comprometido, observador y vibrante.
En estos momentos se prepara para el lanzamiento de su último libro, “Un alfabeto para Emma Suárez”. Una vez concluido se pregunta el autor, ¿de quién es un libro? ¿Del autor? ¿Del editor? ¿De los personajes o personas que lo inspiran? ¿Del lector?
Al mismo tiempo está dirigiendo su primera película: “Un blues para Teherán”, película coproducida por Eddie Saeta -fundada por Luis Miñarro, uno de los productores de cine independiente más reconocidos de Europa- y Quatre Films. Entre los orígenes del proyecto de la película que será, se encuentran los talleres de cine que impartió Kiarostami en nuestro país.
Me sirvo de las palabras del periodista, escritor y director de cine, para concluir las mías: “Todo en Irán desborda poesía; los iraníes la cantan, la escriben o la danzan. Yo, que soy un habitual lector de poesía, pienso que quizás por eso aprendí a amar a Irán.”
Enhorabuena por la “Espiga de Honor” en la última SEMICI a su programa “El séptimo vicio” y a su persona. ¿Qué siente con la consecución de este premio?
Javier Tolentino: No voy a negar que es un dulce que sienta bien; entre otras cosas, porque fue en el contexto de este festival, cuando pusimos en marcha este proyecto, una declaración de intenciones sobre el cine que íbamos a difundir, apoyar y amar.
Usted lleva entregado al análisis y la difusión del cine toda una vida. Me gustaría que contase a los lectores de LADO|B|ERLIN como fueron sus inicios en la radio.
Javier Tolentino: Mis inicios en la radio fue como un oyente que vio en este medio un mundo muy hermoso. Vivía en una ciudad del interior de mi país, en tiempos grises de la dictadura. Por la noche, debajo de las sábanas, encendía el pequeño transistor y escuchaba que había vida más allá de la represión, de los curas y de las torturas.
Los tiempos han evolucionado, hemos cambiado de siglo hace ya casi 20 años, ¿Qué opinión tiene del cine que se hace ahora?
Javier Tolentino. No hay “un cine de ahora”, hay diferentes formas de hacer cine. Entiendo que el cine es caro, que necesita un proceso de burocracia y financiación para poder hacerlo, pero diríamos que precisamente ese cine industrial y financiero es el que menos me interesa. Estamos en un mundo bastante falsario, lo vemos en un pan que no es pan, en una taberna antigua que no es antigua y en la historia y memoria falsificada. No me interesa el cine perfecto que sale como esos panes congelados, que ni tienen agujeros ni las imperfecciones de la creación natural. Hay un cine creado por artistas que realmente desean describir, narrar y contar desde el lenguaje fílmico, desde los géneros, aunque sea para transgredirlos. Autores que no tienen como objetivo enriquecerse, que su deseo es contar una historia, inventar un lenguaje o describir emociones desde el arte, desde la cultura. Este cine que sí me interesa vive un momento muy bueno, digan lo que digan los que se empeñan en enterrar el cine. Hay autores por todos los rincones del mundo –Corea del Sur, Japón, China, Irán, Chile, México, Brasil, Rumanía, Senegal, Mali, Mauritania, Portugal, Islandia…, etc- que están construyendo un cine exquisitamente bien relacionado con sus respectivas sociedades y apostando por un lenguaje, novedoso, original y comprometido. Un cine diferente, de autor, y que no abusan de los lirismos técnicos de los nuevos aparatos (drones, efectos digitales, etc.)
En su libro, “El cine que me importa” tiene una visión del cine muy personal -con la que yo me identifico-, su programa “El séptimo vicio” es íntimo, peculiar, único y reivindicativo. ¿Me puede indicar el share actual?, ¿Qué beneficios reporta al cine el tener un programa diario?, ¿Qué coste personal tiene para usted?
Javier Tolentino. Agradezco sus palabras y creo que coincidir es muy agradable, sin que eso signifique que la diferencia, el debate y la crítica que no comparte tus gustos no sea también muy enriquecedora y divertida. Radio 3 tiene una audiencia de unos 500.000 oyentes que nos arroja el único medidor de audiencia; que, curiosamente este medidor es privado y lógicamente responde a criterios de publicidad y mercado y, sin que se enfade nadie, es más valioso para las empresas radiofónicas privadas que para las públicas por razones obvias. De esos 500.000 oyentes no todos son oyentes de El séptimo vicio, pero le confieso que siempre tuve buen chance con la audiencia y siempre (de corazón, lo digo) aumenté las audiencias de mi segmento, tanto cuando estaba en Radio 1, como en el caso de Radio 3. Pero con exactitud no sabría decirle, sé que a esta audiencia hay que sumar los oyentes que se suman por el mundo; especialmente, en los países con los que compartimos la misma lengua y los oyentes que se han aficionado a los podcasts.
El cine, la radio, los libros, los artículos, como no podía ser de otra manera toca dirigir una película. “Un blues para Teherán”, usted me demuestra que es persona de riesgo y aventura. Cuénteme como le entro el “gusanillo” de la dirección cinematográfica. ¿Por qué Teherán? ¿Quién producirá su película?
Javier Tolentino. ¿De riesgo y aventura? No lo veo así. Supongo que es una actividad muy clásica en la crítica y el periodismo cinematográfico. Podríamos hablar de los analistas de la Nouvelle Vague, de la escuela de Jonas Mekas, de los festivales programados por Kaurismaki o Kawase… El cine se vive de muchas maneras sin que tenga que haber estancos. Analizar el lenguaje cinematográfico te llevará inexorablemente a probar detrás de las cámaras, como un buen crítico gastronómico, acabará haciendo sus pinitos en los fogones. Teherán es porque me interesa la cultura persa, la evolución de la sociedad iraní y la risa que me produce que los mismos países que expoliaron los pozos petrolíferos en Irán, ahora los declaren enemigos de Occidente… En el fondo, para hacer radio, televisión, escribir un texto o contar una historia en imágenes debes tener un deseo y un impulso, y eso me pasó con Irán y no con historias de mi país, de momento.
Con todo esto que me cuenta, avancemos, ¿De qué va a tratar su película?, ¿Para cuándo provee su estreno?, ¿Qué efectos espera que tenga la película en los aficionados al buen cine?
Javier Tolentino. “Un blues para Teherán” es una mirada externa, de un europeo, a un país del que está profundamente enamorado. No soy un historiador, ni un juez, ni un político, ni un cronista, ni un investigador. En las numerosas veces que he viajado a Irán, he ido conocido a personas que se han convertido en protagonistas de esta mirada, a través de ellos invito al espectador a que esa mirada tenga rostros y esos rostros se traducen en metáforas de lo que quisiera que fuera un poema sobre Teherán, sobre Irán. ¿Qué efectos?, tan sólo pretendo contar un cuento, un blues.
Usted que representa la esencia del cine, un día me dijo:” El cine es cultura o es basura” Explíquese para que entendamos su frase a día de hoy. ¿Qué le pide al cine desde la libertad de creación?
Javier Tolentino. Se lo dije refiriéndome al cine, pero podría aplicarlo a la literatura, al periodismo, a la música… No me interesa las expresiones culturales y artísticas interpeladas por el negocio. Para el negocio, los bancos, los intereses, las personas que viven entre acciones y consejos de administración… No tengo nada contra ellas y contra su actividad, pero no puedes negociar con un verso de Federico García Lorca o de Vicente Alexandre. Al cine le pido libertad de creación, honestidad con el lenguaje, genialidad en los planos, emoción e independencia y los que estén para quedarse con los derechos de los autores, trapichear con la administración, quizás se confundieron de oficio y el mercado puro es su lugar.
Muchas gracias, tengo capricho por hacerle esta pregunta, de los miles de películas que ha visionado, ¿Cuál es su preferida?
Javier Tolentino. – No puedo responder a eso, no hay una. ¿De toda la gente que ha conocido en su vida, diga el nombre de una?, es tan injusto. Cada mes veo una película que ha merecido la pena y hoy se hace un gran cine; por supuesto que es muy grande la historia del cine, pero la historia se está haciendo cada día. Bueno, es todo. Yo soy quien agradezco su tiempo y sus preguntas.
Charo García Diego
(Salamanca 1961) es Pedagoga, Socióloga y Psicóloga Social. Organizadora, coordinadora y difusora en los medios de comunicación de actividades culturales desde 1990 en España. Desde sus inicios universitarios, estudia, investiga y escribe crítica de cine. En su currículo consta la organización de diversos festivales de cortometrajes y la semana de cine independiente español. Promueve encuentros entre narradores, poetas y músicos. Sus intereses giran en torno a la difusión de culturas transversales, multipluridisciplinares y versátiles que aporten enriquecimiento formativo a las nuevas generaciones.