Programa emitido en junio del 2024.
Manteca: El invento más antiguo en esta breve lista, se dice que fue desarrollada en Africa, en el periodo neolítico, 8000 años antes de Cristo. Se cree que al transportar leche a través de distancias largas, en animales de carga, el vaivén en los odres producía la separación de los componentes líquidos y sólidos, deviniendo estos en suero y manteca, respectivamente.
Sildenafil: originalmente desarrollado como tratamiento contra la angina, es decir, la constricción de los vasos sanguíneos que suplen flujo sanguíneo al corazón. Durante las pruebas, el sildenafil (o Viagra) no tuvo efectos favorables con respecto a la angina, pero sí produjo, en los participantes varones, las reacciones que ya suponemos. Esto, que pudo haber sido decepcionante para los farmacéuticos, no lo fue así para las esposas de los participantes, ni para Pfizer, que no tardó en darse cuenta de la rentabilidad del nuevo descubrimiento.
Post-it: En 1968, Spencer Silver, un empleado de 3M, estaba tratando de desarrollar un pegamento super fuerte, para destinar al uso en la industria aeronáutica. En un ensayo obtuvo un producto llamado acrilato copolimérico, que era todo lo opuesto (súmamente débil), pero que tenía algunas características interesantes: podía reusarse, y no capturaba demasiados residuos de aquello a lo que había estado adherido. En su momento no se le ocurrió al buen Spencer qué hacer con su invento, así que se archivó. Hasta que un día, un compañero de trabajo llamado Art Fry, que cantaba en un coro y estaba cansado de que se le cayeran las indicaciones en las partituras, recordó el acrilato de Spencer. Funcionó tan bien que lo empezaron a ofrecer los post-it como muestra gratis en un pueblo de Idaho, con tal éxito que el 90 por ciento de las muestras llevó posteriormente a compras.
Anestesia: En los 1800, un cuarteto de, digamos, científicos, llamados Crawford Long, Charles Jackson, William Morton y Horace Wells, descubrió que la inhalación de óxido nítrico o éter podía reducir la percepción de dolor. Luego de participar en “fiestas de la risa”, donde un grupo de gente aspiraba el compuesto con el pretexto de entender mejor sus efectos, Morton y Jackson introdujeron el óxido nitroso como anestésico para tratamientos odontológicos, mientras que Long comenzó a usarlo en cirugías menores.
Penicilina: Es tal vez el fármaco más importante en la historia de la medicina. En 1928, Alexander Fleming, un investigador escocés, estaba trabajando en una muestra de bacteria estafilococo que tenía en una caja de petri. El hombre, que acá entre nosotros era bastante abombado, se olvidó de lo que estaba haciendo y se fue de vacaciones durante dos semanas. Al regresar, vio que la caja estaba totalmente infestada por la bacteria, a excepción de un rincón en el que se había establecido un hongo, y que la zona que lo rodeaba estaba libre de estafilococo, como si el hongo hubiese excretado alguna sustancia que mantenía a las bacterias a raya. Fleming acabó por descubrir que la secreción de este hongo, penicillum notatum, era efectivo contra un amplio rango de bacterias, entre ellas las responsables de la faringitis, la meningitis, la difteria y otras enfermedades.
La milanesa napolitana: Se cree inventada no en Nápoles, sino en un restaurante del microcentro porteño llamado Nápoli, que quedaba en la calle Bouchard, frente al Luna Park. Un día, un paisano pidió una milanesa común y corriente. El cocinero, ante una distracción, la pasó de fritura y la chamuscó. Para disimular, la convirtió básicamente en una pizza, agregándole salsa de tomate, jamón y muzzarella encima, con tal éxito que el plato termina incluyéndose en el menú como especialidad de la casa.
Las papas fritas (o chips): En 1853, George Crum era el chef de un restaurante en Saratoga Springs, estado de Nueva York. Un comensal se presenta y pide papas a la francesa. Crum las prepara, pero el cliente las devuelve, diciendo que están demasiado gruesas y no lo suficientemente crocantes. Crum vuelve a rebanar las papas y las fríe durante un rato más. El cliente las vuelve a devolver aduciendo los mismos problemas. Así varias veces, hasta que Crum, ya harto del jueguito, le rebana las papas del grosor de una hoja de papel, y las fríe hasta que quedan duras como el guitarrista de Tan Biónica. Para su sorpresa, el cliente las adora.