Inés París es una mujer multifacética de formación filosofa pura y que se confiesa autodidacta en lo relativo a sus guiones así mismo como en la dirección de cine.
Estudió interpretación y trabajo en los inicios de su carrera en teatro en los equipos de dirección. Como guionista en la televisión española de los años 80 escribió y coordinó equipos de guion en las primeras sitcoms donde también era productora. Escribió algunas de las series más exitosas de la televisión de la década de los 90 como “Todos los hombres sois iguales”. Confiesa que de sus trabajos para televisión le gusta especialmente “El Pantano” una idea original suya que consta de 6 episodios que en 2003 fue muy innovadora. En estos últimos tres años ha regresado al medio televisivo con la escritura y coordinación de los equipos de guion. Recientemente se ha estrenado en Atresmedia Player la serie “La Valla” con una idea que versa sobre la posibilidad de que este país volviera a ser una dictadura.
Descubre y reconoce que la televisión le ha dado oficio y trabajo. Sus obras más autorales las ha desarrollado en el cine. La primera es “Sé quién eres” 2000 escrita con Daniela Fèjerman. Thriller político que habla de los “trapos sucios de la transición”, la implicación personal en este trabajo late con dolor pues por detrás de la misma esta la trágica muerte de su madre en un atentado terrorista real.
Muy significativo en su biografía es el dato que indica que todas las películas que ha realizado – “A mi madre le gustan las mujeres” 2001, “Semen, una historia de amor” 2005, “Miguel y William” 2007, “La noche que mi madre mató a mi padre” 2016 – son comedias que tienen como peculiaridad dentro del panorama del cine español, el tratarse de personajes de clases medias, intelectuales o artistas, con un humor irónico que pone a prueba la inteligencia del espectador.
Dentro del compromiso social y político son importantes los trabajos que realiza para el cine documental que están en línea con sus preocupaciones por los marginados: la condición de la mujer, la desigualdad, la explotación de los seres humanos. Fruto de su colaboración con “Mujeres por África” realiza su documental “Manzanas, pollos y quimeras” 2013 donde su visión de las mujeres africanas y sus hijos es fresca, inteligente y goza de sentido del humor.
Es usted una cineasta que comenzó estudiando interpretación y trabajando en equipos de dirección teatral ¿Dónde se siente más creativa y nota menos las limitaciones, en el teatro o en la dirección de cine?
Hace muchísimos años que no escribo ni dirijo teatro (aunque ahora justo estoy trabajando en la adaptación teatral de mi última película “La noche que mi madre mató a mi padre”) así que no puedo comparar. La diferencia que sí tengo presente es entre televisión y cine porque llevo los tres últimos años trabajando para la televisión (que fue además el medio en el que empecé después del teatro y donde me profesionalicé). La televisión es un medio apasionante y está en este momento en auge, pero yo donde he tenido la oportunidad de desarrollarme como autora con mayor libertad ha sido en el cine. En mis películas cuento mi visión del mundo y de las relaciones personales, en la televisión soy menos autora, trabajo para un proyecto que nace de un productor o de una cadena. Aunque no pierdo la esperanza de desarrollar un día una serie que sea “muy mía”.
Todos tenemos raíces, usted es hija de Carlos París ¿hasta dónde piensa que le ha influido su padre a la hora de elegir su profesión?
En mi casa, no solo gracias a mi padre el filósofo Carlos Paris sino también a mi madre Emilia Bouza (hija además de un poeta, historiador y magistrado esencial en la historia de Galicia, Fermín Bouza Brey) se vivía un ambiente intelectual, se leía mucho, se hablaba de todo apasionadamente, y se nos animaba a pensar y ser críticos. Sin embargo, todos los hermanos salimos más artistas que pensadores, nos movemos en el terreno de la emoción y las imágenes. Creo que esto tiene mucho que ver con la trágica muerte de mi madre en un atentado. Es una herida que todos hemos expresado de una u otra manera a través de la creación.
Los inicios de su carrera cinematográfica la sitúan en estrecha colaboración con la directora de cine argentina Daniela Fèjerman ¿Qué prefiere a la hora de dirigir una película hacerlo en solitario o la coautoría?
La relación profesional y personal con Daniela Fejèrman fue inigualable, única y muy fructífera. También fue fruto de unas circunstancias concretas: escribíamos juntas y las dos queríamos dirigir así que decidimos hacerlo en equipo. Fue estupendo pero esa colaboración se terminó hace ya mucho y cada una hemos podido seguir siendo amigas y desarrollar nuestro trabajo y nuestra creatividad de manera individual. Ahora mismo pienso que el trabajo en esta profesión ya es en sí muy colectivo, recibes la aportación de muchas personas y también tienes que “pactar” y lidiar con numerosos intereses y puntos de vista. Ahora mismo prefiero hacerlo desde el liderazgo personal, aunque en la televisión que es el medio en el que he trabajado estos últimos años, no es así, comparto la dirección ejecutiva y la autoría con varias personas. Así que una cosa en el “ideal” y otra la realidad. Más bien me veo “peleando” por volver a sacar un proyecto propio. Y no es fácil.
Todas sus películas son comedias, “A mi madre le gustan las mujeres” 2001, “Semen, una historia de amor” 2005, “Miguel y William” 2007, “La noche que mi madre mató a mi padre” 2016. ¿Qué fue lo que determino que optara por dirigir comedias y no dramas, con lo difícil que es hacer, no digo ya reír a la gente, simplemente sonreír?
Para mi el humor es muy natural, me siento cómoda en la ironía y el ingenio, en esa “mirada burlona” hacia la realidad que es la comedia y el humor. Al menos para mí, porque también hay que decir que hay otro tipo de humor que a mi me resulta totalmente ajeno, que no solo no me hace gracia, sino que incluso me “irrita”. Suele ser ese humor que se llama “gamberro” y “políticamente incorrecto” y que yo encuentro (con honrosas excepciones) lleno de estereotipos y lugares comunes.
De todas formas, también me ha resultado más fácil “vender” las comedias que otras historias. La comedia se considera un género comercial y eso interesa a los productores que esperan, como es lógico, recuperar su inversión. Después de “A mi madre le gustan las Mujeres” Daniela y yo intentamos vender un drama amoroso que se titulaba “El Accidente” (título que recuperé hace tres años para una miniserie) y hace unos años escribí un guion inspirado en la figura de la poeta gallega Rosalía de Castro. Pero ninguno de ellos, qué pena, he conseguido sacarlo adelante.
En televisión, sin embargo, he estado al frente de proyectos que son “thrillers” “dramas” e incluso una “distopía”. Ya veremos en el futuro, ¡tal vez haga un dramón para el cine y una serie televisiva que sea una comedia!
Confieso mi devoción por su documental “Manzanas, pollos y quimeras” 2013, fruto de su colaboración con “Mujeres por África”. Dentro de los compromisos sociales que establece ¿Cuáles son los temas que más le preocupan en la actualidad?
Me encantaría hacer un documental sobre el feminismo en el mundo de la cultura. Hace unos años, cuando era presidenta de CIMA (Asociación de Mujeres del Medio Audiovisual), colaboré en el nacimiento de otras asociaciones de mujeres creadoras que estos años han hecho grandes cosas. Creo que hoy en España son muchas las mujeres en el mundo de la escritura, de las artes visuales, de la teoría crítica… que están creando obras muy interesantes y desarrollando poéticas feministas. Lo que estas mujeres pueden aportar para crear un mundo mejor y acabar con lacras como la violencia contra las mujeres es muy importante. Además, es un mundo muy vivo, lleno de debates apasionantes, protagonizado por mujeres interesantísimas… me encantaría retratarlo.
Volviendo a “Manzanas, pollos y quimeras” 2013, observo un abanico de mujeres africanas residentes en España, una muestra de mujeres provenientes de muy diversos contextos sociales y culturales. ¿De dónde proviene el interés por África, sus mujeres y sus hijos?, ¿Qué es lo más notorio que destacaría de ellos? y ¿Qué pretendió al dedicarle su trabajo y su tiempo a este documental?
Mi descubrimiento de África y de las mujeres africanas se produce gracias a María Teresa Fernández de la Vega, que me abrió los ojos sobre el tema y a la que conocí cuando era vicepresidenta del gobierno (con Zapatero). María Teresa me propuso entonces que colaborase como cineasta en un Encuentro de Mujeres de África y de España que se iba a producir en Valencia. Para este encuentro rodamos varios cortometrajes sobre los temas centrales que se iban a tratar. Yo dirigí el proyecto así que me empecé involucrar, a estudiar sobre las mujeres africanas y a viajar allí, a sus países, para escucharlas y retratarlas. Después continué colaborando con María Teresa que es una de las mujeres más resolutivas, inteligentes y cabezotas que he conocido y que, ya fuera del gobierno, creó y levanto a base de esfuerzo personal, la Fundación Mujeres por África. Estoy en el Consejo de la Fundación, lo que es un orgullo para mí y hacemos un montón de cosas en el terreno audiovisual. Cuando se planteó empezar a colaborar con las africanas que estaban en España pensamos que había que empezar por “hacerlas visibles” para un mundo que las ignoraba. De ahí nació el documental. “Manzanas…” que ha sido para mí una experiencia vital transformadora, seguramente el rodaje que más me ha enseñado.
En la actualidad se ha estrenado una serie para Atresplayer Premium, la plataforma de pago de Atresmedia en la que usted es guionista y coproductora ejecutiva, esto la sitúa en la ficción, ambientando la serie en un futuro próximo donde nos avisa del peligro de la vuelta a los totalitarismos. ¿Es su faceta de guionista realmente la parte que mas le gusta y motiva de sus creaciones?
Escribir me encanta. Mira que llevo años… pues es rarísimo que me siente delante del ordenador y no me quede totalmente absorbida por ese mundo imaginado y por los personajes que cobran vida de una forma que me sigue fascinando. De pronto aparecen, están ahí, muchas veces casi dictándote sus diálogos… La escritura tiene mucho de oficio pero también muchísimo de “magia”, es un estado muy similar al juego… un placer. A veces se me hace cuesta arriba empezar (oh, oh, mañana hay que entregar cuatro secuencias… y muy graciosas, o muy intensas, o lo que sea) pero en cuanto me siento delante de la pantalla o de la hoja, todo fluye. También es cierto que cuando llevo tiempo sin dirigir, solo escribiendo, echo de menos la adrenalina de estar al frente de un equipo en acción, de ver como el mundo que has imaginado se hace real ante tus ojos. Eso también es impagable.
Pregunta obligada, ¿Quiénes son sus directores de culto? y ¿Sus actores y actrices favoritos?
¡Ay! Siempre me preguntan esto, pero yo soy tan poco mitómana… lo que tengo son películas concretas que me gustan mucho, o series y entonces me fijo en ese director… Por ejemplo, acabo de ver la serie “The Servant” de Shyamalan y ahora tengo muy presente a este director y recuerdo que me gustan mucho algunas de sus películas: “The Visit”, “The Village” o “El sexto sentido”.
También recuerdo ahora mismo a Andrea Arnold cuya película “Tank Fish” me entusiasmó y que ha dirigido la segunda temporada de una de mis series favoritas “Big Little Lies”
Si hablo de actores o actrices pienso inmediatamente en mis maravillosas amigas María Pujalte y Belén Rueda a las que admiro por su trabajo casi tanto como las admiro por se las mujeres extraordinarias que son.
Cuénteme algo que quiera compartir con los lectores de nuestra revista.
Me gustaría dejar un mensaje de optimismo y de fuerza. La vida es con frecuencia muy dura y frustrante. Creo que especialmente para las mujeres. A nosotras nos cuesta mucho cumplir nuestros sueños, solemos poner por delante el bienestar de los demás: el cuidado de los hijos y los padres, las numerosas exigencias que caen sobre nuestras espaldas. A mi me ha costado mucho “ser egoísta”, no solo cumplirlos, sino incluso reconocer mis deseos (que muchas veces no son “lo que se espera” de una). Sin embargo la experiencia me ha enseñado que nunca me he sentido tan feliz como cuando he sido respetuosa con mi talento y mis capacidades y las he antepuesto a todas las demás obligaciones. Os aconsejo hacer lo mismo.
Charo García Diego
(Salamanca 1961) es Pedagoga, Socióloga y Psicóloga Social. Organizadora, coordinadora y difusora en los medios de comunicación de actividades culturales desde 1990 en España. Desde sus inicios universitarios, estudia, investiga y escribe crítica de cine. En su currículo consta la organización de diversos festivales de cortometrajes y la semana de cine independiente español. Promueve encuentros entre narradores, poetas y músicos. Sus intereses giran en torno a la difusión de culturas transversales, multipluridisciplinares y versátiles que aporten enriquecimiento formativo a las nuevas generaciones.