El día después de la verdad

El día después de la verdad las dudas fenecieron. Los grises se transformaron en blanco o en negro. Las horas que corrieron se llevaron la esperanza y la expectativa. Fue ese día cuando me encontré a solas con mis propios espectros, ya no había excusas ni terceros que pudieran incidir en los resultados de mi posible futuro. Las palabras que se dijeron y las que no, los excesos, las interpretaciones fueran buenas o malas, dejaron de importar. La energía dilapidada en búsqueda de respuestas resultó un poco más inútil de lo que hubiera esperado. El día después de la verdad se erigió un gran vacío en mi interior luego de liberar las conjeturas y deducciones. Lo que podría haber sido, simplemente no fue. Habite en mi presente por primera vez. Dejé de ser una proyección del futuro que gatea con síntomas un  pasado que ignora el hoy. Solo, frente a mí mismo. Desnudo en compañía de mis resultados y decisiones. Completamente libre de estímulos externos. Los miedos dejaron de ser especulaciones para volverse hechos. Lo peor que podría haber imaginado estaba sucediendo. Y concluyó. Estaba parado sobre mis tobillos, respirando, quieto sobre una acera húmeda de Chicago. Los autos circulaban con la misma intensidad, las nubes se acomodaban en el espacio disponible. Yo continuaba allí parado, tieso pero vivo. Me resultó inverosímil que mi corazón continuará latiendo, qué mi piel se mantuviera caliente y que mi mente siguiera articulando pensamientos pese a lo que había pasado. En mi raciocinio nunca hubiera podido soportarlo, superarlo y archivarlo. El día después de la verdad supe que las alucinaciones tienen fecha de vencimiento. Pensé que iba a desgarrarme hasta quedar de rodillas en medio de esa hostil ciudad. Supuse que la certeza iba a cortarme haciéndome sangrar gota a gota mi sangre sobre el concreto. Intuí que iba a doler mucho, mucho más. Las aseveraciones habían entretejido el desenlace de una etapa de mi vida que en mi mente se había proyectado como una secuela. Esta mañana resultó un poco más fría de lo que hubiera imaginado, sin embargo no nevó. Todas mis pertenencias esperan en mi departamento rígidas a que les de movimiento. Ellas sin mis manos no son… no fueron… no existen. Ellas son y serán todo lo que tengo. Sin embargo van a quedarse. El significado de este segundo está intrínsecamente ligado al paso que estoy terminando de dar. Los escalones mal diseñados de la escalera de este edificio seguirán siendo el error de algún arquitecto anónimo que, vivo o muerto, imagino con un whisky en las rocas en su mano. La puerta me recibe con su picaporte funcional a mi ergonomía. Su mecanismo no se resiste a mi llave. Por dentro de las paredes huecas de esta urbanización escucho el sonido proveniente del departamento de mi vecino. Está acompañado, más acompañado de lo que nunca estuve. No hay mañana que valga, no hay amanecer que vaya a hacer que las acciones del pasado se despidan. Debería ser mi mejor compañía. De hecho estar conmigo mismo no tendría que generar angustia alguna. Tantas cosas parecieran tener la obligatoriedad de ser de una manera particular pero sin embargo no lo son.

Florencia Marcazzo

Florencia Marcazzo (Buenos Aires, 1994). Escritora, pintora e ingeniera. Ha participado de la Revista Literaria Maldita Matilda, del taller literario de la Universidad Nacional de General Sarmiento (2008). También publicado en la Antología “Poetas y Narradores Contemporáneos” (2013) de la Editorial de Los Cuatro Vientos con su obra Sortija en el Dedo. Ha participado del festival de Verbas Migradas realizado en Galicia España, publicando en su edición 2017 su cuento Naufragio Interior. Obtuvo el Cuarto Premio de Honor del Séptimo Concurso Literario del Rotary Club de Flores 2019, con su obra Golondrina de Trapo. A su vez, participó del Microrelatario “Adelante/Endavant de IF con su cuento Endemia (2019). Publicó su cuento Maión (2019) en marco de la antología “Se la inspiración” del Rotary Club de Flores.  A su vez, participó de la antología “Pasión de Inmigrantes Italianos” con su obra Arribo desde Messina (2019), producción del Comité Argentino Italiano.