¿Cual es el método para comenzar a entender una nueva ciudad como Berlin?
Creo que para amar el lugar donde vives y hacerlo tuyo tienes que entenderlo en diferentes dimensiones. Yo he comenzado este nuevo amor de una manera muy personal: recorriendo y dibujando. Esos son mis medios. Medio de transporte la bicicleta. Y el croquis como medio de expresión. Ese es el método que uso para entender mi nueva realidad.
¿Cómo lograr entender mi lugar de destino? Es una pregunta, que comencé a hacerme en Santiago (Chile) antes de mudarme a Berlin. Mudarse a una ciudad nueva, específicamente a una como ésta es un desafío en distintos ámbitos. El sinnúmero de variables a considerar a la hora de adaptarse a una nueva sociedad se multiplican y siempre aparece algo nuevo detrás de cada esquina.
Las interrogantes también crecen a medida que manejamos mas información, sobretodo para un chileno como yo, que ha vivido prácticamente toda su vida en un contexto latinoamericano, el cual muchas veces se aleja diametralmente de la realidad germana. La preguntas son amplias. Las respuestas imprecisas y personales.
¿Es importante entender la ciudad donde vivimos? ¿Se puede terminar de entender una ciudad o solo se puede comenzar? La ciudad es una entidad viva que nunca deja de cambiar y su personalidad la construyen sus habitantes. Cómo viven su día a día y cómo usan su ciudad, su espacio público y privado, su hábitat en toda la amplitud de la palabra.
¿Qué o a quién quiero entender? Quiero entender donde estoy parado y quiero entender además a los que están ahí sentados. Podría ser una tibia respuesta a estas preguntas fundamentales y así comenzar la construcción de mi nueva cotidianidad.
Personalmente son dos las temáticas que resultan primordiales en los primeros pasos para entender donde estoy. Existe un mundo tangible y uno intangible que se complementan y se mezclan. El intangible tiene que ver con los habitantes, las costumbres, la cultura, la historia, la sociedad y por su puesto el idioma; y como éste construye una realidad completamente distinta a la hispanoparlante. La segunda es lo tangible, que habla del contexto físico en el cual nos movemos, ese contexto se llama Ciudad y se constituye a través de miles de capas superpuestas que se cruzan y se funden con el mundo intangible.
Para abordar el mundo de lo intangible en Berlin, me aproximé principalmente a través del aprendizaje del alemán y de conocer distintos tipos de Berlineses, pero esta columna se inclina hacia el otro mundo, el que podemos ver y tocar, el que tiene espacio, forma y color.
La búsqueda, el objetivo, es agarrar con fuerza esta ciudad y hacerla mía. Lograr entender y pertenecer a un nuevo lugar desde de la vivencia, la observación y como sacarla del mundo de la memoria y traducirla a un lenguaje comprensible por todos; un lenguaje sin idioma que me permita preservarlo en el tiempo. La manera que he practicado en mis viajes para entender donde estoy, al principio como estudiante y posteriormente como arquitecto y profesor, ha sido el recorrido, la observación y croquis como medio de expresión.
El recorrido permite ver el conjunto, las velocidades y ritmos de la ciudad, sus colores y texturas, sus olores, sus rincones y como anillo al dedo en Berlin, sus incontables cicatrices. El recorrido tiene diversas variables y métodos, desde un plan fijo y estructurado como un tour, hasta un recorrido a la deriva (Théorie de la dérive. Debord, 1958), donde se fijan reglas aleatorias y se toman decisiones espontáneas reguladas por los mismos acontecimientos del recorrido previo. Otra variable es el medio de transporte. La caminata, el transporte público, el auto, los buses turísticos y la bicicleta. Y aquí es donde me quiero a detener para recomendar, ya que al menos para mi, es el medio de transporte ideal para enfrentar el proceso de entender esta ciudad. La velocidad de la bicicleta, 20kms/h en promedio, es perfecta por dos motivos. Permite moverse a través de la ciudad lo suficientemente rápido para lograr distancias considerables y es lo suficientemente lenta para lograr levantar la vista, y observar.
Y el testimonio personal, la prueba física del recorrido es el registro. ¿Como vuelco mi experiencia a un lenguaje comprensible?, ¿como traduzco mis sensaciones al papel? Yo lo hago a través del croquis. El año 2001, Jorge Iglesis, arquitecto amigo de mi padre, sabiendo que entraría a estudiar arquitectura, me regaló su libro “Apuntes de Viajes” (Iglesis, Donoso. 1998) y me lo dedicó con una frase que inicia este camino del dibujo:
“Dibujar es el camino para entender”
Pero recién el año 2005 comencé a dibujar como un pasatiempo personal durante un intercambio en Milán, como una manera de aprender y mejorar mi técnica. Y desde ese entonces lo hago siempre que estoy de viaje. El dibujo cobra sentido cuando se hace con intención, cuando se quiere decir algo o simplemente cuando se quiere fijar una vivencia sobre el papel y se ha transformado para mi en una autobiografía sin palabras.
La belleza del croquis radica en que no es precisamente un dibujo, es una herramienta de observación donde la mano y la cabeza opinan en conjunto. La experiencia del lugar es absorbida por nuestro cuerpo y es transmitida al papel con nuestra postura personal como filtro; una postura que a veces es potente y clara, otras involuntaria y tímida. Por lo tanto mis croquis no buscan la perfección en proporción, perspectiva o belleza, buscan mostrar con honestidad mi experiencia personal en un lugar. Muchas veces conversé con estudiantes que me decían que no podían dibujar y yo les preguntaba:
-¿Pero, sabías escribir antes de aprender?
-No
-¿Y puedes escribir ahora?
-Si
-Con el dibujo es lo mismo, es un lenguaje que se aprende. Hay personas que tienen facilidad y otras que no, pero todos pueden dibujar. Como hay grandes escritores y otros no tan buenos, pero todos pueden escribir.
Soy un convencido que no hay que dibujar bien para salir a croquear. Solo lleva el lápiz al papel y como dice Charly:
“apretando bien las muelas
y cierras los ojos y ves
todo el mar en primavera
Bang, bang, bang”
Esta sección hablará de la experiencia y del proceso de entender la ciudad de Berlin y sus habitantes a través del relato, el recorrido y el dibujo. Solo o acompañado. Y dejo hecha la invitación a quien tenga interés, a quien quiera unirse y acompañarme en el próximo recorrido para tratar de entender esta maravillosa ciudad y comenzar a verla desde otro lado, desde el Lado Berlin.