La astrología podríamos decir que es un conjunto de tradiciones y de creencias en las que se puede relacionar al ser humano con los movimientos estelares y de los planetas.
Y se utiliza como método de adivinación y de inferencia del carácter de las personas.
Los astrólogos realizan predicciones, arman cartas astrales que vienen a ser reportes sobre la personalidad del individuo basado en la posición de los planetas y de las estrellas en relación al planeta LA Tierra cuando uno nació.
Se dice que la astrología en occidente aparece casi simultáneamente en Babilonia y en el antiguo Egipto y que no era exactamente lo que es hoy. O sea, no estaban los babilonios preocupados por lo que le depararía a uno su horóscopo ese día.
Quiero decir, que la Astrología, como su nombre lo indica era el estudio de los astros, o sea de las estrellas. Y uno se podría preguntar por qué era algo tan importante porque no se trataba de una simple fascinación. Resulta que si uno no conoce los ciclos por los que atraviesa la tierra se muere de hambre.
Sabemos por pinturas rupestres y marcas en huesos tallados que hace por lo menos veinticinco mil años que los seres humanos tomamos nota sobre los movimientos estelares.
Y esto es algo que se volvió de gran importancia con la aparición de la agricultura, de la que no se sabe muy bien cuando empezó de manera fehaciente porque hace unos treinta mil años los Melanesios, en el sudeste asiático, ya cultivaban el camote, que no es otra cosa que la batata en el Río de la Plata.
A tierras mediterráneas, se dice que la agricultura se afianzó hace unos doce mil años y trajo consigo muchísimos cambios. Para empezar la humanidad comenzó este proceso de sedentarismo, a reunirse en clanes y tribus establecidas en un lugar aprovechando las bondades del terreno para cultivar alimento y criar animales para su consumo, (por nombrar algunos que si no estamos hasta pasado mañana).
Pero hay un tema acá y es que para poder comer papas de una huerta uno tiene que saber cuándo plantar y cuando cosechar y para eso no queda más remedio que entender los ciclos astrales.
En algún momento los seres humanos nos dimos cuenta, (aramos dijo el mosquito), de que entre luna llena y luna llena pasaban siempre la misma cantidad de días en el medio. Y así empezaron a medir el tiempo de forma más prolongada. O sea, en algún momento se dieron cuenta de que existían períodos más largos que los de sol a sol, lo que llamamos “día”.
En algún momento tendríamos que hablar sobre cómo la agricultura cambió la vida humana en formas que son difíciles de replicar a lo largo de la historia. A lo mejor la internet es un buen partenaire, pero eso es tema para otro día.
Como decía, el estudio de los astros se volvió clave para la subsistencia humana. Y lo que hoy llamamos astronomía y astrología, en tiempos no tan excesivamente lejanos, solían ser la misma cosa.
Con el tiempo, el conocimiento se fue convirtiendo en mito lo cual era clave para arraigar la sabiduría adquirida en otros tiempos. O sea, lo que se descubría, pongamos por caso, en el año tres mil antes de nuestra de era, se transmitía de generación en generación y de pueblo en pueblo como mito, como historia que se contaba de pulpería en pulpería, (o su equivalente en tiempos de Salomón). El concepto de documentar el conocimiento aparecería mucho más adelante.
Por lo que los descubrimientos certeros sobre los astros y las suposiciones acerca de la bóveda celeste anduvieron mezclados hasta el desarrollo de la ciencia.
Y aún así existían, tipos que hoy llamamos astrónomos, que realizaron enormes contribuciones a la ciencia y que aún así sostenían creencias mágicas acerca de los planetas. Sin ir más lejos, Johannes Kepler quien estudió los movimientos planetarios y fortaleció esta idea de que la tierra no era el centro del universo, como se creía en el medioevo sino que sugirió que la tierra era un planeta más alrededor del sol, le atribuía a los planetas ciertas influencias como creían los griegos. Es más, a partir de sus observaciones el tipo llegó a transcribir la música que transmitían los planetas.
La astrología en la modernidad
La astrología en la modernidad se ha popularizado por las revistas, los diarios y cuanto programa de la tarde que uno pudiera encontrar en todo rincón de nuestro planeta la Tierra. A pesar de que el contenido sea masivo, no hay prueba alguna de que la posición de los planetas ni de las estrellas ejerza influencia alguna en la conformación psicofísica de las personas.
Sin ponernos matemáticos, si uno calcula la influencia de Marte en un ser humano caminando por Nueva York comparado con la influencia nos referimos a la gravitacional porque no hay otra, notaremos que la influencia del planeta rojo es insignificante a comparación con la del planeta La Tierra y la Luna, por ejemplo.
O sea, la posición de los planetas, y de las estrellas escogidas a dedo, ejercen una influencia mínima en nuestras vidas.