Mi abuelo llora mientras ve las noticias, piensa que nadie lo escucha o mira. Pero yo lo veo y lo escuchó muy bien, mientras hago las tareas. Él está casi todo el día sentado en un sillón roñoso, como dice mi mamá, de tela negra. No lo culpo. Todos los días hay muertes. Escuchó lo mismo que él; incluso el número de muertos que aparecen cada día. Él tiene una libretita donde los anota, solo los del país, a veces me asomo por sobre su hombro y logro ver las cifras, y cuando se da cuenta de eso, la cierra de inmediato. En un golpe seco y sonoro que resuena en todo el living-comedor. No dice nada, me deja ser, y me sonríe. Y con cada muerto que dicen en la tele me doy cuenta que suspira, creo que lo hace porque piensa que puede ser alguno de sus amigos que terminaron en un asilo. Aquí por lo menos somos más agradecidos con él y mi mamá se lo trajo apenas murió mi abuelita, hace un año más o menos. Se ladea un poco y el ruido del cuero me avisa que va a sacar la billetera. Yo solo tengo que estirar el brazo. Ayer fue con mi papá a cobrar la pensión y además por orden de mi mamá que sacara la tarjeta del banco para que de ahora en adelante le depositaran su plata y no tenga que hacer más filas.
Mis papás trabajan desde el computador en la pieza, y solo sale uno de ellos a comprar, bueno solo mi papá, mi mamá gorda como un bombo por el embarazo, ya no sale a pesar que esta sin trabajar en la oficina, se las arregló para hablar con su jefa y decirle que podía adelantar trabajo, la jefa le dijo que no, que eso era contrario a la ley, no entendí mucho eso cuando puse la oreja en la puerta de la pieza. Mi padre le dice que trabaja en exceso, que se quede tranquila. Que le hace mal a la guagüita que viene en camino. Los dejó y bajo la escalera en puntillas, creo que nadie me oye, pero estoy tan equivocado, mi abuelo en el sillón se da vuelta y me mira de reojo, luego su cabeza blanca vuelve a la posición anterior y como que aquí no ha pasado nada. Luego repite, me repite: ‹‹parsimonia, nieto, parsimonia››. No lo entiendo y lo dejo solo. En principio quiero buscar lo que significa, pero luego se me pasa cuando estoy frente al computador. Cada uno con sus cosas, me digo.
A veces cuando me despierto en la noche para ir al baño, en el pasillo oigo un llanto, un llanto entrecortado, como de un perrito, y cuando pongo la oreja, puedo, algunas veces, escuchar el sorber de sus mocos, mi mamá se despierta y mi papá ronca. En momentos como esos me manda a acostarme y antes le digo que si no voy al baño me hago pichi el pijama; me lanza una mirada de molestia, voy al baño y ella entra a la pieza a calmarlo. Le da consuelo hasta que todo se vuelve silencio.
Hago las tareas como siempre, un montón de guías, los profesores, piensan que por ir en séptimo ya me puedo toda las materias de un semestre, están locos. Si necesito ayuda le pido a mis papás, aunque a veces a mi abuelo, con cosas como la historia o lenguaje sabe mucho. Eso no me deja de sorprender, mi papá dice que eso es los que traen los años: conocimiento. La vejez nos arruga, pero no da otras cosas. Una cosa por otra, como suelo decir cuando le digo a mi papá que no me deja de sorprender mi abuelo.
—¿Papá, por qué mi abuelo pasa llorando tanto? —pregunte un día a la hora del té. Cuando él ya se había ido al baño, primero, antes de sentarse como siempre en su lugar.
Mi papá me observó, tragó saliva. El sonido de la taza de mi mamá chocando con el plato de loza. Un carraspeó de garganta de mi papá. Una pausa. Mi mamá miraba a mi papá con atención.
—Porque los dinosaurios también lloran, hijo —dijo él. Mi mamá lo miró con rabia, con esa mirada de reprobación con unos ojos que se achican. Apretó el labio y presionó con más fuerza los cubiertos. No me voy a saber eso. Mi padre me dice que esa la mirada que tiene para corregir cualquier cosa que le parezca mal, y eso incluye a él cuando trata a mi abuelo como un bicho de la prehistoria.
Sebastián Novajas
Nacido en El Salvador, Región de Atacama, Chile en 1987. Abogado y escritor. Curso en Literatura y Estética Sociedad de Escritores de Chile. Diplomado en el Escritura Creativa Universidad Diego Portales. Fundador y editor de Revista Montaje.