UNO.
Estaba sentado en un banco al sol del invierno, las manos apoyadas sobre su garrota y se dirigió con voz entrecortada por breves movimientos para respirar al joven que pasaba por allí:
—¡Eh!, ¡oiga!, ¡ayúdeme! ¡por favor!
—Dígame, ¿qué quiere?
—Que me ayude a levantarme, que no puedo. Estos remos ya no son lo que eran. ¡Cuarenta años de cartero y ahora… ya ve. Déjeme que me coja de su brazo. Venga, venga, espere, uno… dos… y tres —tambaleándose se afirmó en un inestable equilibrio.
—¿A dónde quiere ir?
—Ahí, hasta la pared y ya poco a poco iré a mi casa.
Caminaba a duras penas, arrastrando los pies hinchados embutidos en unas zapatillas de fieltro. Tenía aspecto desaliñado, barba de varios días y nariz húmeda moqueando una perla transparente.
—No debería salir usted solo.
—Mi mujer, está peor que yo. Se rompió una cadera hace unos meses y desde entonces está encerrada, de la cama al sillón y vuelta a la cama. Tiene miedo de la calle.
DOS.
—Voy al súper a comprar comida para hoy y mañana. ¿Por qué no vienes conmigo y me ayudas con las bolsas?
—No estoy para nada. Me duele hasta de pensarlo. Anda, ve tú sola, cariño. Lleva cuidado. Te quiero, guapa.
Estuvo esperando impaciente. A las cuatro la policía tocó el timbre. No entendía bien lo que le decían por el telefonillo.
—Pase, pase, por favor… Sí, claro, soy yo. ¿Qué ha pasado?
—Está en el hospital. Está bien, nada grave, pero se ha caído, no puede andar. Si Vd. quiere lo acercamos al hospital para que la consuele. Ella no hace más que preguntar por Vd… Quiere verle, dice que no quiere morirse sin despedirse.
—Vamos, vamos —nervioso, se movía hacia la puerta, pero iba en pijama, con la bata y despeinado.
—Vístase, así no debe salir, le esperamos. No tenga prisa.
Media hora más tarde no le soltaba la mano, le acariciaba la cara y de cuando en cuando se secaba una lágrima.
TRES.
—Dicen que los niños no pueden venir esta Navidad, que allí donde trabajan no hay tantos días de vacaciones y venir para dos días…
—Otra Navidad solos y ya van…
—Pero, ¿qué solos? Nos tenemos ¿no?
—Sí, pero criar hijos para eso…
CUATRO.
—La niña también se va.
—¿Cómo que se va?
—Sí, lo que oyes, ya está harta, aquí no encuentra trabajo y una amiga suya que está en un pueblo de Alemania dice que… y que se va… que nos quedamos solos. ¡Ea!
—Pero, ¿allí hay trabajo? Ella no sabe alemán.
—Al principio trabajará de camarera.
—¡Química!, ¡ella es química! Pagarle una carrera y el esfuerzo de estudiar, para trabajar sirviendo cervezas… no sé, ¡una barbaridad!
—Yo creo que un poco de razón sí tiene. Ya estoy harta de verla aburrida por la casa sin saber dónde sentar el culo.
—Es que os parecéis, sois de culo inquieto. Primero se va el nene que se enreda con una italiana. Y ahora ella. Nos quedamos solos y nos estamos haciendo viejos.
—No te pongas sentimental. Yo aún me veo joven.
Dejó lo que estaba haciendo y se quedó mirándola, se le escapó una sonrisa pícara.
—Ven, que te voy a dar un achuchón.
—No seas tonto… y no te pases que luego estás baldado.
CINCO.
—Hoy me ha ocurrido una cosa extraña.
—Tú siempre pensando que te pasan cosas extraordinarias. A mí no se me aparece un hada que haga el puchero o limpie la casa.
—¡Ya estás!, ¿quieres escucharme? He ido a repartir una carta de la India. Ha salido a mi encuentro una joven, casi una niña, nerviosa, temblando, con los ojos húmedos —había dejado de pelar las patatas y ahora lo miraba atenta— “¡Ay, por fin!, gracias” y entonces me ha dado un beso“. Estaba vigilando desde la ventana, casi no me entra la comida, ni respirar, si no la recibo. Es de mi novio ¿sabe?
—Ha sido el beso lo que te ha conmovido. ¡Sois tan tontos los hombres!
—Me he venido arriba ¿sabes? es porque le ha dado importancia a mi trabajo. A partir de ahora estaré atento a las cartas que le lleguen.
SEIS.
Llevaban seis horas sin hablarse y ya se le hacía insoportable la vida. Se acercó al dormitorio donde ella estaba haciéndose la dormida.
—Ya era hora de que vinieras ¿no?
Todo había empezado por un malentendido, se habían dado cuerda una frase tras otra, un sin sentido que les hizo sufrir a los dos.
SIETE.
—¿Dónde quieres que vayamos de viaje de novios?
—Donde tú quieras. Tú, que te sabes todos las provincias de España y sus pueblos, sabrás también elegir a dónde quieres que vayamos a pasar la luna de miel.
—Lo que tú decidas, yo solo necesito estar junto a ti.
OCHO.
—¡Hola!, hola —le repitió—, ¿no me conoces? Es que sin uniforme y sin cartera al hombro pierdo mucho. Paso por tu calle todas los días y a veces voy a tu casa —al oír eso ella se volvió a mirarle, pero no cambió la expresión seca ni su paso acelerado—. Sé cómo te llamas. ¿Es que no me reconoces?
Sonrió e hizo un gesto afirmativo con la cabeza. Él lo tomó como una aceptación.
—¿Me dejas que te acompañe? Vamos en la misma dirección. Hace tiempo que esperaba esta oportunidad para hablar contigo…
—¿No me estarás vigilando? —otra vez el rostro serio, el dialogo cortante.
—No, mujer. Hemos coincidido de casualidad— y se le escapó una sonrisa maliciosa.
Continuó hablándole, ella lo miraba y había enlentecido el paso para que se prolongara el regreso a casa.
—No quiero que mi padre nos vea juntos. Voy a la academia miércoles y viernes.
NUEVE.
“Dijo Dios: …hagamos al hombre… y los creó macho y hembra… Y los arrojó Yahvé Dios del Jardín de Edén”.
… y no nos dio manual de instrucciones. Milagro es que, una vez empezada, la vida acabe con dignidad.
Jesús Mira Navarro
Para los que no lo conozcan, en una breve reseña de introducción diré que nació justo en la mitad del siglo pasado en un pueblo de Castellón. Estudió Medicina y es Cirujano Pediátrico en Alicante.
Las vocaciones sea la literatura, la medicina, la ingeniería, o cualquier otra, no aparecen como una epifanía, o al menos yo lo creo así, son como semillas que se van desarrollando hasta llegar el momento de florecer. Algo así ha ocurrido con su afición a la literatura.
1—Premio “La literatura está en los parques” organizado por El País durante la feria del libro de Madrid, 2018.
2—Novela publicada: “ … Y mayo reventó las costuras”. Historia novelada sobre la generación que vivió en primera persona Mayo del 68, año 2018.
3—Premio accésit en el Concurso de relatos urbanos en la 49 Feria del libro de Alicante, 2019.
4—Finalista VIII Concurso internacional de novela “Contacto Latino”, 2020.
5—Ganador “Primer Concurso de relato corto del Ateneo del Coma”,2020.