Berlín, la capital del hedonismo y de la fiesta se encuentra cerrada debido al aislamiento social preventivo del coronavirus. Con la llegada de la primavera, las personas que están acostumbradas a salir y celebrar que se ha terminado el invierno, deben de permanecer adentro y solo queda imaginar cómo será la vida una vez que esto termine.
En los últimos días, Occidente se ha revolucionado con las medidas preventivas para frenar el aumento de casos por coronavirus, (COVID-19). A comienzos de marzo las personas en Berlín seguíamos las noticias de lo que estaba pasando no solamente en el mundo sino también en Italia, el país más afectado por la pandemia con casi 25.000 casos reportados y más de 1.800 muertos al 15 de marzo según cifras reportadas por Aljazeera.
Pero hace dos semanas la situación era totalmente diferente. O al menos lo era en Berlín, la capital del hedonismo. Poco a poco íbamos viendo cómo se reportaban nuevos casos en Alemania. Primero en Munich, luego en Colonia y distintas zonas de Nord-Rhine Westfalen hasta que le llegó el turno a Berlín.
A pesar de ello, seguíamos yendo al trabajo, saliendo a bares y discotecas mientras saboreábamos con ansiedad el principio de la primavera. Cada día que pasaba en las primeras semanas de marzo, más noticias reportaban nuevos casos de coronavirus en Berlín y las alarmas comenzaban a prenderse lentamente.
Pero eso no iba a hacer que perdiéramos la calma, al menos al principio, y dejáramos de hacer nuestra vida berlinesa. Mientras las dudas comenzaban a hacerse presente intentamos hacerlas a un lado siguiendo adelante con nuestras vidas. En la medida que no hubiera una orden que viniera de arriba, ¿por qué nos íbamos a preocupar?
Hasta que llegó el primer golpe. La mundialmente famosa Feria Internacional de Turismo de Berlín, ITB, que iba a tener lugar del 4 al 8 de marzo fue cancelada tan solo unos días antes. Esto significó un golpe duro para todas las personas involucradas, pero ya comenzaba a tener sentido que eventos con miles de personas proveniente de 180 países diferentes como este serían de alto riesgo.
La crisis de coronavirus no impidió que el festival de música country, C2C, tuviera lugar con miles de fanáticos colmando el Mercedes Benz Platz y el Verti Music Hall durante tres días aunque no sin tener que lamentar cancelaciones a último momento.
La segunda semana de marzo fue completamente diferente. Pasado el día internacional de la mujer, con presencia de LasTesis en Warschauer Strasse, varias oficinas dieron permiso a sus empleados de que podían trabajar desde sus casas. Esto fue ante una sugerencia del gobierno que aún no había iniciado el protocolo de aislamiento.
Supongo que ahí es cuando nos dimos cuenta de hacia dónde íbamos teniendo a Italia y España como horizonte. El viernes 13 los supermercados se vieron tranquilamente vaciados en cuestión de horas. Se dio aviso de que los bares cerrarían el 17, el día de San Patricio, y las campañas de ayuda y concientización se volvieron virales en las redes sociales.
Hoy, 18 de marzo, se ve muy poca gente en las calles. Las discotecas están vacían, los bares cerrados y los supermercados rebosantes de personas que siguen llenando el changuito. La ciudad de la fiesta se encuentra de vacaciones con el 1 de mayo y el Carnaval de las Culturas cancelados como así también la mayoría de los eventos cancelados hasta junio.
La fiesta más grande de tu vida en Berlín
Sabíamos que nos teníamos que cuidar, pero en la capital de la fiesta y el hedonismo no es fácil tomar medidas contra una cultura tan fuerte y establecida. De hecho, el gobierno de Berlín emitió un comunicado avisando que todas aquellas personas que estuvieron en la discoteca Kater Blau el 6 y 7 de marzo deben realizarse el estudio de coronavirus. Ni el peligro de una pandemia evitó que las personas salieran de fiesta.
¿Qué pasará en el futuro? Esto es solo una elucubración. Pero imaginemos por un momento cómo serán las fiestas llamadas Coronavirus After-Party que comienzan a volverse populares en las redes sociales.
Con la llegada de la primavera, la gente en Berlín sale mucho más. En una ciudad que rara vez siente el calor del sol desde octubre hasta marzo, la salida del invierno es un momento muy especial. Es que el clima emocional cambia también y uno se siente más feliz y con más energía para estar activo.
Los parques se llenan, se sale al río y se ocupan las orillas de los canales. Los berlineses son seres sociales que gustan de encontrarse con otros y realizar actividades juntos. A la noche, los bares tienen las mesas de afuera ocupadas hasta las diez de la noche, hora en que se debe ir adentro para no molestar a los vecinos.
El aislamiento social en Berlín por el coronavirus viene a detener esto de un momento a otro. Y mientras muchos se aguantan las ganas de salir a la calle a disfrutar de la lenta pero constante llegada del calor solo puedo imaginar que una vez que esto se termine y la humanidad haya logrado vencer a esta nueva pandemia, como lo hemos hecho siempre, celebraremos como nunca antes en nuestra generación y Berlín será una fiesta.