Lo que comenzó con el alza de los pasajes del Metro de Santiago (Chile) escaló hasta hacer estallar el malestar social transversal que es el resultado de un sistema que se olvidó de las personas, barrió bajo la alfombra los derechos sociales y a desigualdad, un sistema que se preocupó sólo de la imagen y los números macro, olvidando a los individuos y obviando una impunidad escandalosa por parte de la oligarquía y los grupos económicos. Los escolares que comenzaron la #EvasionMasiva por el alza del valor del pasaje de Metro, que consistía en saltar los torniquetes y no pagar el pasaje a modo de protesta, fue sumando adherentes. En solo 5 días Chile explotó como una olla a presión hasta ver al gobierno de Sebastián Piñera completamente sobrepasado, entregar el poder a los militares. Después de 5 días de comenzadas las protestas, vemos un país en ebullición, un país herido e indignado, un país con Toque de queda por primera vez desde tiempos de dictadura; en 5 días vemos tanquetas y tropas militares con armas de guerra en las calles de Santiago, Valparaiso y otras ciudades recordando lo peor de nuestra historia.
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Manifestantes no dan tregua, y hacen retroceder a la policía en el sector de Plaza Italia (14:53)
Cortesía de Piensa Prensa
Los escolares que comenzaron con esta protesta, pertenecen a una generación que nació después del año 2000, hijos de la democracia y la institucionalidad post dictadura. Pertenecen a una importante parte de la población que ve como sus padres tienen miedo, miedo a no poder salir de las deudas, miedo a enfermar y no poder pagar los medicamentos, miedo a enfermar y estar desamparados, miedo a que suban el arriendo, miedo a que suba el pan, miedo a no poder pagar el crédito, miedo a que suba el pasaje del transporte público, miedo a que siga subiendo todo, porque todo sube, menos la calidad de vida. Jóvenes que ven a sus octogenarios abuelos que siguen trabajando para sobrevivir mientras reciben pensiones denigrantes. El miedo paraliza, hasta que no hay nada más que perder. Como dijeran jóvenes entre consignas callejeras y gritos, y aquí parafraseo: “creen que con militares y con armas nos van a atemorizar, a nosotros la generación que más ganas ha tenido de morir”. Y cuando no hay nada más que perder, no hay limite que importe.
El problema no es el alza de los pasajes del transporte público, el problema es que no se puede vivir con dignidad siguiendo las reglas del juego, la promesa de pagar impuestos y trabajar duro, la promesa de la meritocracia y la movilidad social. Promesas amparadas por un sistema y por una constitución escrita en dictadura, la constitución vigente es ilegítima, y el pueblo chileno trata de protegerse con ella y lo único que hay disponible es una capa negra llena de hoyos y balazos por donde se escurre la plata. Se necesita una nueva constitución y un nuevo pacto social, hecha por y para los chilenos, que entregue garantías sociales, protección, que haga valer sus derechos, que sea representativa y reconstruya el sentimiento justicia. El ciudadano de Chile está solo, solo; porque sabe que la única manera de estar protegido es con dinero.
La desigualdad es lo cotidiano en Chile, la desigualdad y la impunidad. Son comunes los casos de maltratos y multas a pequeños comerciantes por no dar boleta o por no tener patente, y también son comunes los perdonazos a empresas que evaden millones en impuestos (Caso La Polar y Caso Johnson’s) o escándalos de corrupción donde los imputados saben que no llegarán a la cárcel, sólo quizás recibirán como sentencia cases de ética (Caso Penta), eso es una burla descarada. En Chile la cárcel es para los pobres, y no lo digo yo, eso lo saben todos.
Chile el orgulloso país OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) con una de las más altas tasas desigualdad, donde nuestros jóvenes no tienen confianza ni esperanza en las instituciones. Así, viendo en las noticias el desfile de criminales de cuello y corbata que salen triunfantes, nuestros jóvenes han aprendido lo que significa la palabra impunidad, numerosos son los enormes casos de corrupción que han sacudido al país: fraude del ejercito, carabineros, colusión de las farmacias, ley de pesca, caso SQM y el financiamiento ilegal de la politica y tantos otros que ya no se sorprenden, nadie se sorprende, solo se acumula rabia por tanta injusticia.
La población está, o estaba sobrepasada y paralizada porque el miedo paraliza. En Chile hay miedo al jefe, mejor no protestar para cuidar la pega (trabajo), mejor no joder, mejor no luchar por tener un sindicato, para cuidar la pega, mejor no gritar, porque quedar cesante es un boleto directo a la pobreza. La precariedad de la vida en Chile es la ley de Chile, pero Chile se cansó, como lee el hashtag #ChileseCansó que fue trending topic mundial con más de 550.000 tweets.
Tweet canción de Ana Tijoux
Cacerolazo de Ana Tijoux un tema contingente. Grandes las luchas sociales! pic.twitter.com/QbFgwIuxHP
— maria emilia tijoux (@emiliatijoux) October 21, 2019
Pero la incompetencia y la indolencia del gobierno, que con actos ridículos y mofas siguen riendo y burlándose. Y al subir el pasaje del transporte público pensaron que no pasaría a mayores y se siguieron burlando. Así alimentaron la ira que estaba acumulada por tanta injusticia y continuaron diciendo que los evasores son delincuentes desde un pedestal, burlándose de la gente que sufre. Y pensaron que no pasaría a mayores, hasta que no pudieron controlar más la rabia acumulada y todo explotó. No pudieron gobernar y se salió todo de control y al ser incapaces de gobernar, como no lograron tomar las riendas del problema con diálogo o con liderazgo político, vimos como el Estado falló y no les quedó más remedio que declarar Estado de Excepción y Toque de queda entregándole el timón de las calles a dos instituciones con enormes escándalos de corrupción: El Ejercito y Carabineros de Chile, instituciones que están tan deslegitimizadas que nada avanzará hacia algo positivo mientras haya grupos armados en las calles sembrando más violencia. La policía reprime brutalmente, como siempre lo ha hecho, sin remordimientos y cegados por una posición de poder lograda a base de palos, sin un mínimo respeto por parte de la ciudadanía, al igual que el ejercito, que parece que estuvieran por primera vez jugando a la guerra apaleando a sus compatriotas, hoy lunes 21 de octubre ya van 7 muertos.
La clase política brilla por su ausencia, los representantes sociales, los parlamentarios y el gobierno así como la oposición, giran en círculos sin saber qué hacer. Estamos viviendo empíricamente la agonía de las instituciones, de la democracia que conocimos o quizás lo único que está pasando es la materialización de su rigor mortis.
Foto cortesía de Juan C. Hoppe
AHORA | Resumen de noticias madrugada del domingo. Tienes que verlo y compartirlo. (01:22) pic.twitter.com/uykIUWWAIY
— PIENSA.PRENSA (@PiensaPrensa) October 21, 2019