Un cuarto de siglo no es poco. Y es que este 2019 fueron 25 los años que cumplió Eurocine en Colombia, tiempo durante el cual ha sabido sortear los problemas propios de un emprendimiento cultural para acomodarse con paciencia y audacia en la agenda cinematográfica del país andino. Los últimos 10 años, gracias al esfuerzo y amor que le entrega Theresa Hoppe a este proyecto, Eurocine ha mutado constantemente con la intención de mejorar y sobrevivir en un contexto que no siempre es amable cuando de cultura se trata.
Theresa Hoppe parece disfrutar al hablar con el cuerpo. Sus manos no se quedan quietas mientras me comenta con entusiasmo las variopintas aventuras que traen consigo 10 años dirigiendo la muestra de cine europeo más importante del sur del continente americano. Está cansada, o por lo menos eso dice, porque su energía demuestra lo contrario. Mientras caminamos observo su cuidado al vestir y su cabello corto y alborotado, el cual revela que le gusta ser práctica y andar liviana, sin dejar de lado la elegancia. Si algo me quedó claro al hablar con esta gestora cultural nacida en Alemania y adoptada por la tierra del Pibe Valderrama, es que su ser rebosa amabilidad y entrega, cualidades que impregnan su trabajo. No por nada continúa velando por traerle a los espectadores colombianos un cine diferente con el cual podamos conectarnos de forma sincera más allá de los premios y las criticas.
En un español que la delata como extranjera me explica que cada año la gestión para hacer el festival es particular y que se siente bien dejándose llevar un poco por sus instintos. Confiesa, con verdadera modestia, que con la experiencia que dan los años ahora es una excelente negociadora, para de forma cándida concluir que con el paso del tiempo se he vuelto un poco más bravita.
Con el peso que dan los años y un contexto cada vez más competitivo este año Theresa quiso encarar Eurocine retomando la identidad de un festival que nunca ha dejado de pensar en el público. Así al preguntarse ¿Cuál es la razón por la cuál existe Eurocine? Encontró de nuevo ese impulso en el deseo de formar al público, de hacerlo participe de una oferta cultural amplia hoy restringida por los modelos de distribución y exhibición que de forma hegemónica domina Estados Unidos. Pero esta apuesta con la que nació el festival se ha amplificado y desde el año pasado retoña más contundente y necesaria, ya que ahora el festival está saliendo de la capital colombiana para llegar a municipios como Cajicá y Bucaramanga, descentralizando así la cultura y tratando con un esfuerzo loable de sacar al festival de las salas convencionales para, como diría Theresa con seguridad, armar una red de ciudades y municipios hermanos.
Durante este primer cuarto de siglo Eurocine ha presentado muestras especiales de países invitados como Irlanda, Hungría, Francia, Suiza, España, Finlandia, Países bajos, entre otros y cada año el público colombiano espera con ansias las nuevas propuestas y sorpresas que trae consigo una muestra cinematográfica que hoy en día es ya un clásico del cine en Colombia.
Juan Pablo Franky
Periodista cinematográfico. Realiza cubrimiento de festivales de cine en los que ha tenido la oportunidad de entrevistar a directores, críticos y programadores de cine de diferentes partes del mundo. Programó y coordinó el cineclub El hOyO del conejo, fue jefe de prensa del FECIVE (Festival de cine venezolano de Buenos Aires) y dirigió y programó la sede de Bs As del shnit Worldwide Shortfilmfestival. Ha sido jurado en diferentes festivales de cortometrajes a nivel internacional. Actualmente programa la Muestra Internacional de Cine Documental de Bogotá.